Cuando se ingresa al mundo del emprendimiento se presentan muchos retos que enfrentar y que nos hacen replantearnos nuestra idea de negocio, o simplemente abandonar. Dentro de los retos encontramos desde lanzarse, ya saben, salir al mercado, vencer el miedo y la incertidumbre, adaptarse a los cambios, romper paradigmas, o hasta procesos que nos generan muchas preguntas, como por ejemplo: cómo definir un precio.
Pero como en Alegra queremos que emprendas ganando tiempo y tranquilidad, hemos preparado una guía para que definir el precio de un producto se vuelva una tarea a la que le puedas sacar el máximo provecho.
¿Estás listo? ¡Comencemos!
1. Cuestiona tu producto y cuestiónate
Seguramente cuando has empezado con una idea de negocio te has preguntado, o te han preguntado, cuánto dinero te cuesta producir o distribuir tu producto, cuál es tu ganancia por unidad o cómo vas a lograr una relación adecuada con la calidad y el precio del mismo; preguntas que quizá te han llevado también a pensar en si estás creando o respondiendo a una necesidad, solucionando un problema o si tu producto se conecta con tu público objetivo.
Una situación que puede sonar a un ambiente de incertidumbre, pero realmente es una oportunidad para prepararte y evitar posibles errores al respecto, debido a que al concentrarte en estos datos desde el principio, se ampliará el panorama, harás conciencia de tus posibilidades e incluso empezarás a tener certeza de tu prototipo de consumidor, pero de eso hablaremos más adelante. ¡Continuemos!
2. Analiza los costos de tu producto
¿Recuerdas que hace un momento hablábamos de cuánto te cuesta tu producto y cuánto ganas con él? Pues además de ser una pregunta que te formulas o te hacen los demás, es indispensable para este proceso de cómo definir el precio de un producto. Bien, deberías buscar tus cuentas y empezar a calcular cuánto cuesta o podría costar, por ejemplo, el arriendo, los salarios, entre otros costos independientes de tus ventas, además de esos valores que sí varían y que son propios de tu producto como el valor de los insumos y todo lo relacionado a tus ventas. ¿Ya acabaste? Bueno, ahora ya conoces el coste de tu producción y te vas acercando a la definición del precio de tu producto.
3. Estudia los precios de tu competencia
Conocer cómo lo está haciendo tu competencia es muy importante porque necesitas referencias y no solo para conocer un prospecto de precio, sino para encontrarte con una referencia de tu potencial cliente, sus preferencias o algunas percepciones sin preguntarle directamente. En este paso debes definir muy bien quiénes son tus verdaderos competidores, empresas que ofrezcan productos afines al tuyo, pero no solo por las principales características, sino que tu análisis también debe incluir detalles como la garantía, entre otros servicios que contenga dicho producto.
Para ilustrar un poco la situación, imagina cuando estás comprando ropa con tu familia o amigos y tienen que recurrir a distintas opciones de tiendas porque no todos tienen los mismos gustos y no todos invierten el mismo dinero. ¿Ya tienes una idea más clara? Bueno, ponerte en los zapatos de tu cliente es un pase de avión a la iluminación, o a definir el precio de tu producto. ¡Ánimo!
4. Conoce la percepción de tus clientes potenciales
Este es mi paso favorito porque vamos a pasar de investigar, hacernos preguntas, responderlas, a preguntarles a tus posibles clientes sobre su decisión de compra y lo que pagan o están dispuestos a pagar en el mercado por un producto como el tuyo. ¿Recuerdas que pasos más arriba hablábamos de caracterizar un prototipo de consumidor? Bueno, ahora podrás conseguir respuestas a través de la encuesta que realices para ver cómo piensan tus potenciales clientes, comparar esos resultados con tu prototipo de consumidor y luego poder conectar toda esa información con tus dudas iniciales, el coste de producción y los precios de la competencia. ¡Casi armado el rompecabezas!
5. Diferénciate: ¿Cuál es tu valor agregado?
En este paso vas a empezar la búsqueda de tu superpoder, así que pregúntate: ¿Qué hace tan especial a tu producto? ¿Por qué es diferente a lo que encontramos en el mercado? Sabemos que los precios varían, que los clientes tienen preferencias diferentes y que el contexto siempre está cambiando, es por ello que con base en todo lo que hemos visto hoy, es momento de preguntarnos cómo aportamos valor, cómo se lo transmitimos a nuestros clientes, sentirnos seguros de todo lo que ofrece nuestro producto y definir el precio justo para ambas partes.
Recuerda que al principio definir un precio depende de las condiciones en las que se encuentre nuestro producto en función de lo que mencionamos en todos los pasos, pero con el tiempo el mismo contexto y la evolución del producto, nos permitirá realizar variaciones en su precio para lograr que el cliente siempre tome la decisión de compra correcta con nosotros.
Ahora que ya sabes cómo definir un precio, para que termines de despejar todas tus dudas y profundices en el tema te recomendamos leer nuestro artículo: Técnicas de Pricing. Cómo definir tu política de precios.